Durante siglos, los monjes tibetanos han utilizado los tonos vibratorios de los cuencos tibetanos para inducir un estado de trance, que es ideal para la meditación y que puede promover beneficios para la salud.
El sonido viaja en ondas y las vibraciones de los cuencos, como las ondas en un lago, se puede calmar nuestras ondas cerebrales y traer un sentido de la armonía.
Los cuencos están acompañados pero los sonidos sutiles de la naturaleza.
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